La lógica de Twitter es interesante: seguir para que te sigan. 
No parece difícil, pero en realidad, para sacarle provecho a la herramienta hay que saber a quién seguir. 
De algún modo, Internet reproduce lo que ocurre en la vida real.  Disfrutar de una reunión, donde no conocemos a nadie, depende, en gran  medida, de nuestra capacidad para entablar amistades; de hacernos  visibles. Igual es en Twitter. 
Y como ocurre en el mundo real, en esta red también hay una élite que  acapara el mayor número de seguidores. Quienes la integran producen la  mitad de los contenidos más vistos en esta comunidad social a escala  mundial. En realidad, es apenas un puñado, comparado con el universo de  usuarios de Twitter. 
Solo el 0,05% de los cibernautas (20 000 personas), generan lo que leen  los 200 millones de miembros que integran esta comunidad.
Estos datos fueron revelados por Yahoo Research en una investigación, en  la cual también se muestra cómo se interrelaciona esa élite de Twitter:  las celebridades siguen y hablan con otras celebridades, los  periodistas con periodistas y los blogueros con blogueros. 
¿Qué ocurre con los que no tienen este perfil?
A muchos no les interesa entrar en la élite, así que se divierten siguiendo a quienes una vez los siguieron. 
      								      		
              					
              
              
              
              					
              
              
              